A estas alturas ya hemos leído en muchas oportunidades del útil rol que puede prestar un iPhone o iPod Touch en el campo de batalla, ya sea del lado de los Dicen™ chicos buenos o de los malos.
Sin embargo, en Estados Unidos parece considerarse seriamente la posibilidad de que los soldados del futuro no engruesen la lista de clientes de la manzana y sean equipados, en su lugar, con un smartphone operando Android.
La propuesta desarrollada por el ejército consiste en que este dispositivo se convierta en la central digital por defecto de los combatientes. Hasta ahora el programa –aún en desarrollo– Nett Warrior, que pretende crear a futuro un sistema integral de comunicaciones y de conciencia situacional en el campo de batalla, había previsto la posibilidad de que los soldados fueran equipados con unidades especialmente desarrolladas por firmas privadas para efectos de incrementar las capacidades de aquellos, sin embargo, al surgir demasiadas complicaciones desde el punto de vista técnico y también burocrático, el ejército ha planteado la posibilidad de emplear algo ya utilizado y que –hasta ahora se ha comprobado– funciona.
En el marco de la tecnología y posibilidades con que el soldado del futuro debiera contar en el campo de batalla, resulta que prácticamente todas ellas son parte del funcionamiento de un smartphone. Así, la cámara, compás digital, pantalla táctil capaz de ser leída en exteriores y de reducir su brillo automáticamente en escenarios nocturnos, GPS y acelerómetros que vienen integrados en un dispositivo de este tipo, cumplen con creces las expectativas que un escenario bélico plantea sin incrementar demasiado los costos.
En línea con esto último, el General de Brigada Peter Fuller, supervisor del programa Nett Warrior y oficial encargado de equipar a los soldados, se quejó: “los niños van a la tienda local que quieran, compran algún dispositivo inteligente y dicen, ‘bueno, esto es moderno y me permite saber dónde estoy, dónde están mis amigos… me da toda esa capacidad’. ¿Cómo no vamos a poder obtener eso?”.
Desde luego tampoco se trata de comprar equipos con Android en masa y entregárselos sin más a cada unidad. Se requeriría algo de reingeniería para hacer estos dispositivos más resistentes a las condiciones climáticas en que se desempeñarán, mantener la conectividad en un escenario adverso en el que no habrá enchufes ni antenas de telefonía cada 100 metros, y para que sus pantallas táctiles aún puedan ser utilizadas con guantes retardantes; pero en lo medular un smartphone parece dar el ancho.
Curiosamente los informes desarrollados por el ejército no se refieren oficialmente a estos dispositivos con el término “smartphone”. En cambio le han llamado Dispositivo para el Usuario Final Nett Warrior (conocido en inglés con la sigla NW EUD o Nett Warrior End-User Device), cuyo propósito es “proveer al soldado de una mejorada planificación de la misión, monitoreo, comunicación y conciencia situacional”.
Finalmente, cabe mencionar que este dispositivo no funcionaría por sí solo, pues obviamente las condiciones de comunicación en el campo de batalla son diferentes a las de la tranquila ciudad por la que se mueve un feliz transeúnte dueño de un Galaxy S II, de manera que el smartphone con Android aún tendría que enlazarse con una radio táctica a través de una conexión USB, lo que de cualquier forma es mucho mejor que kilos de equipamiento en dispositivos como teclados colgantes, visores, radios, más pantallas y un cableado en el chaleco que, uniendo todos estos artefactos, probablemente haría ver al combatiente más como un árbol de navidad cubierto por luces y alambres revestidos de goma que como un verdadero soldado del futuro.
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