El Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI se estremeció con las vibraciones musicales generadas por el ritmo que Don Omar impuso en el concierto que ofreció anteanoche, en el que puso a bailar, saltar, mover las manos, y por supuesto, a danzar kuduro con sus canciones.
La espera fue cansada para decenas de seguidores, muchos de los cuales llegaron al lugar a las 19 horas, pues aunque D.J. Tekiwa y el puertorriqueño Eloy animaron la esperan, no fue sino hasta las 11:40 de la noche cuando “el rey del reggaetón” salió a escena.
Una explosión de pirotecnia y fuego artificial iluminó el escenario, y apareció don Omar vestido con un traje oscuro y entonando la primera estrofa de “La noche está pa un feeling”.
El público se desbordó en gritos y aplausos, se levantaron por encima de las cabezas las cámaras y teléfonos celulares para captar el momento.
Una gran pantalla de luces led fue el telón de fondo del escenario, en el que se iban produciendo una serie de imágenes y colores de acuerdo a cada tema.
El escenario pareció cobrar vida desde que el cantante boricua se adueñó del espacio acompañado de ocho bailarines, cuatro hombres e igual número de mujeres, quienes deleitaron a la audiencia con sensuales movimientos.
Los decibeles de la música estremecieron el inmueble, los corazones y las fibras del cuerpo, y parecieron obligar a los asistentes a moverse al ritmo de la música.
Quienes ocuparon las salas “lounge” que se instalaron frente al escenario se pararon sobre los muebles para tener una mejor vista, otros optaron por ver el concierto un poco más atrás, para así disfrutar de un mayor espacio y poder bailar a sus anchas, y hubo varias jóvenes que hasta se quitaron los zapatos, ya cansadas de los tacones luego de más de cuatro horas de espera, para poder moverse a gusto.
“Dale don dale”, “Vuelve”, “En su nota”, “Nena, que bien te ves”, “El señor de la noche”, “Sexy robótica” fueron parte del repertorio que se escuchó en la velada.
En cada canción, en medio de la letra o pausas musicales, Don Omar animaba al público diciendo “¡Vamos Mérida!”.
Hubo varios momentos culminantes del concierto, como cuando Don Omar interpretó “Cuéntale”, “Pobre diabla” y “Salió el sol”, en las que los gritos no se hicieron esperar y pusieron a bailar y cantar a todos.
Don Omar pidió al público un momento de seriedad y en su peculiar estilo de hablar compartió con el público una semblanza de su vida, al narrar que fue un mal hijo, delincuente y desertor en la escuela, pero se dio cuenta que no se tienen que seguir los malos pasos de los padres, en su caso de su padre, pues dijo le tocó la mejor madre del mundo. Agradeció al público, pues “ustedes llegaron a salvarme”, y los invitó a ser positivos, luchar por alcanzar sus metas, a sentirse orgullosos de lo que son y sus orígenes latinos.
Enseguida cantó “Badolero”, y luego uno de sus más recientes éxitos, “Danza kuduro”, bajo una lluvia de papeletas de colores que cayeron sobre el público, junto con explosiones lumínicas y de artificio, para así despedirse de sus seguidores.
Al grito de “otra, otra” no tardó en subir de nuevo al escenario para culminar la presentación con “Taboo”.
